Conoce el Nissan Patrol 4W, el 'Jeep' brasileño de los años 50

1 Jahr, 5 Monate her - 8 November 2022, motor1
Conoce el Nissan Patrol 4W, el 'Jeep' brasileño de los años 50
El Proyecto Memoria Nissan demuestra que la historia de la marca en el país sudamericano es más larga de lo que se puede imaginar.

Si piensas en un coche muy raro, del que nunca has oído hablar ni siquiera aunque te consideres un buen aficionado, tenemos una sorpresa para ti. Hablamos de la primera generación del Nissan Patrol, un 4x4 que se ensambló en São Bernardo do Campo en los inicios de la industria automovilística brasileña.

Entre 1955 y 1956, la empresa Varam Motores ensambló en Brasil unas 400 unidades de la serie Nissan Patrol 4W. Estos todoterreno con aspecto de Jeep Willys se fabricaban con piezas importadas, pero ya tenían entre un 35% y un 40% de materiales brasileños. Fueron los primeros modelos de marca japonesa fabricados aquí, incluso antes del Toyota Land Cruiser.

Sin embargo, los planes de aumentar la producción de Nissan en Brasil no salieron adelante y las instalaciones de Varam Motores fueron transferidas a Simca en 1958. En las décadas siguientes y sin repuestos, el 4x4 "casi brasileño" desapareció de las calles y de la memoria colectiva.

Según los datos de matriculación, no quedan más de seis de estos jeeps japoneses-brasileños en el país, así es que hablamos de una especie de 'Santo Grial' para los seguidores de Nissan en Brasil y en el resto del mundo.

Descubierto y restaurado

En 1999, un amigo de Vinicius (propietario del Nissan Patrol 4W que estás viendo) encontró "un Jeep diferente" en el pueblo gaucho de Pirapó, en la frontera con Argentina. Estaba en un estado terrible, en la propiedad de un hombre que compraba coches viejos, los desmontaba y vendía piezas.

"Era más grande que un Willys y nadie sabía exactamente qué era. Por falta de documentos, mi amigo desistió de la compra. Me picó la curiosidad, fui a mirar y decidí quedarme con el 4x4" cuenta Vinicius, que es ingeniero mecánico.

Lo que se encontró fue un amasijo de hierro, sin motor ni caja de cambios, pero con el chasis completo, los dos ejes y las vigas de muelle delanteras y traseras. La carrocería (ya sin parrilla) estaba toda cubierta por una capa superficial de oxidación y no había rastro de su pintura original. En el salpicadero y en la parte trasera de la carrocería, dos pequeñas placas con la marca 'Nissan' revelaban la identidad del todoterreno desconocido.

La restauración

Encontrar información sobre el modelo no fue fácil. Vinicius pidió información a Nissan en Japón, pero lo que obtuvo fue material referido a la segunda generación del Patrol, lanzada en 1960. Ni siquiera el museo de la marca (en la ciudad japonesa de Zama) cuenta con un modelo de la primera generación (serie 4W). La única solución era llevar a cabo la restauración utilizando el sentido común y el material que se tenía a mano.

El motor original era el NAK Tipo A, un motor de gasolina de seis cilindros con válvulas laterales, 3.670 cm³ y 75 CV. Tiene una curiosa historia. Originalmente equipaba los coches de Graham-Paige, fábrica americana que, en 1935, vendió la estampación, las máquinas y los derechos de producción a la principiante Nissan. La caja de cambios tenía cuatro marchas, con caja reductora.

A falta de la mecánica original, Vinicius adaptó un motor 4.100 cm3 procedente del pick-up Chevrolet C20 (también de seis cilindros) y 140 CV, casi el doble de la potencia con la que el Nissan Patrol 4W salía de fábrica. El vano motor del Patrol es tan amplio que al seis en línea de Chevrolet le sobra espacio en el vano motor. No había ninguna necesidad de cortar o modificar la carrocería.

La caja de cambios original del Nissan era de cuatro marchas pero, en su defecto, la solución fue utilizar una caja de cambios de tres velocidades procedente de los utilitarios de Chevrolet en los años 60. Una brida permitió adaptar la reductora y la caja de transferencia, manteniendo la tracción 4x4.

Los ejes originales se abrieron, se limpiaron y se renovaron. En la parte trasera, se hicieron nuevos bujes para el eje. El eje delantero sigue siendo de fábrica (un detalle curioso es que la carcasa del diferencial tiene un 'diente' para evitar golpear el cárter del motor original.

El Patrol recibió llantas y neumáticos modernos (Goodyear Wrangler MT/R 32X11.50R15LT), por lo que fue necesario ensanchar los pasos de rueda traseros. Los asientos delanteros proceden de un antiguo camión Scania y se adaptó una dirección hidráulica, que también encaja sin problemas en el vano motor el coche.

Como en toda restauración, hubo dificultades pero también pequeños milagros. Un año después de comprar el Patrol 4W, se encontró su rejilla delantera en medio del monte. Estaba semienterrada, pero en perfecto estado y todavía con el pequeño emblema de Nissan en su sitio. No hubo que hacer nada más que lijar y pintar.

El chasis del Patrol tiene unos largueros mucho más resistentes que los del Jeep Willys, por lo que no sufrió ningún daño después de años en el suelo, lo que atestigua la calidad del modelo. No hay grietas ni marcas de soldadura. El volante original seguía allí, y solo hubo que improvisar uno nuevo. Todos los anagramas de Nissan Motor Co. estaban en su sitio.

La documentación se realizó mediante un proceso de usucapión. Como no sabía el año exacto de fabricación, Vinicius registró el 4x4 como si fuera de 1951, fecha del lanzamiento del Patrol en Japón. A pesar de las inevitables adaptaciones, el Nissan Patrol 4W de primera generación mantiene la sobriedad visual y conocer de cerca esta rareza es realmente emocionante.

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