Los autos viejos son como viejos amigos, vivimos mucho juntos y lo más difícil es cuando tenemos que separarnos. Nuestro viaje con este Opel Kadett fue único, pero para nosotros llegó a su fin, simplemente porque queríamos abrazar otro proyecto. El coche tiene trabajo por hacer si lo quieres impecable, pero tiene muchas piezas en excelente estado, como la tapicería o la pintura exterior, un azul bebé que no deja indiferente a nadie. Nuestra mayor inversión fue mecánicamente, le pusimos embrague nuevo, así como batería, llantas, bujías, juntas de motor nuevas, arreglamos la caja de cambios y hasta le pusimos cadena de distribución nueva. El coche funciona perfectamente y se conduce muy bien estos días. Estaremos encantados de mostrarte los alrededores y llevarte a recorrer esta reliquia.