En el mundo del automóvil es habitual que ciertos modelos tengan la responsabilidad de suceder a otros vehículos de gran éxito, lo cual puede resultar tremendamente difícil. Un ejemplo es el Alpine A310, que tuvo la complicada tarea de ser el sucesor del mítico y exitoso Alpine A110 original.
El Alpine A310, fabricado entre 1971 y 1984, este año 2021 celebra precisamente su 50 aniversario, así que queremos aprovechar la ocasión para repasar brevemente su historia y conocer más detalles sobre el deportivo francés y sobre su exigente papel.
Para algunos, el A310 es comparable en cierto modo al Porsche 928. Ambos fueron modelos con un diseño avanzado para la época y con una complicada tarea a sus espaldas: ofrecer más espacio y comodidad que sus predecesores, el A110 y el Porsche 911.
En el caso del Alpine, el A110 era toda una leyenda del mundo de los rallies, de dimensiones muy contenidas y muy ligero. Así pues, ya desde el principio, el A310 jugaba en desventaja, ya que debía ser más grande, más pesado y más alto.
El fabricante galo consiguió un coche mucho más cómodo que el A110, mejor para largos viajes por carretera, con un diseño sencillo y refinado, pero ni de lejos tan atractivo y seductor como el modelo original. Su principal rasgo era un afilado frontal, además de faros instalados bajo una cubierta de plexiglás.
A nivel técnico, el A310 estaba basado en el A110, por lo que contaba con un bastidor tubular, una carrocería de plástico y un motor ubicado en posición central, por detrás del conductor. El chasis, no obstante, se actualizó convenientemente y gozaba de suspensión independiente, de dobles triángulos, además de barras estabilizadoras en ambos ejes.
En sus inicios, el modelo llegó al mercado con un motor de cuatro cilindros, con 115 CV y una velocidad punta de 210 km/h, aunque sus ventas despegaron cuando en 1977 comenzó a ofrecerse con el llamado 'Euro V6', un bloque de 2,7 litros desarrollado conjuntamente por Renault, Peugeot y Volvo, que alcanzaba los 150 CV de potencia.
Esta versión V6 lograba una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,8 segundos, así como una velocidad máxima de 220 km/h. En versiones posteriores, la punta ascendió hasta 225 km/h. El V6 se distinguía del cuatro cilindros por sus faros, que aunque mantuvieron la cubierta de plexiglás, eran dos grupos diferenciados, en lugar de múltiples módulos.
El más llamativo de los A310 apareció en 1982, en forma de A310 GT, con aletas ensanchadas y un kit aerodinámico más llamativo. En ciertos mercados se vendió como A310 S. En total se fabricaron 11.616 unidades del A310 hasta el año 1984, de los cuales 2.340 fueron de cuatro cilindros y 9.276 ejemplares con el motor V6.
