La historia se compone de una serie de efemérides significativas por algún motivo. En el caso del mundo del automóvil, suelen representar el nacimiento de una marca o de un modelo concreto. Ese es el caso que aquí nos ocupa, con Lancia como protagonista.
La firma italiana conmemora sus 115 años de historia y, al mismo tiempo, el 60º aniversario del Flaminia presidencial, una ocasión especial que se celebró el pasado 27 de noviembre en el prestigioso Palazzo del Quirinale (sede del Presidente de la República italiana).
Luca Napolitano, director general de Lancia, afirmó que: "La Presidencia de la República nos ha permitido combinar el 115º aniversario de la marca con el 60º aniversario del Flaminia Presidenziale, ofreciéndonos el telón de fondo del Palacio del Quirinale. Dos celebraciones tan significativas para Lancia, que ha producido hermosos coches, fruto del ingenio creativo de tantos ingenieros y diseñadores, con un estilo intemporal y que se han convertido en verdaderos abanderados de Italia en todo el mundo. Y aprovechando esta gloriosa historia, estamos preparados para abordar nuestro plan de 10 años hacia una movilidad cada vez más sostenible".
Los orígenes
La historia de la marca fundada el 27 de noviembre de 1906 en Turín por Vincenzo Lancia está ligada al más alto cargo del Estado italiano desde 1961 gracias al Flaminia. El gran, imponente y lujoso descapotable, que ha acompañado a Sergio Mattarella y a sus predecesores antes que él en los últimos años, deriva del modelo descapotable presentado por la marca en marzo de 1958.
De hecho, el Flaminia presidencial se basa en la versión descapotable del buque insignia de Lancia, modificado por Pininfarina, con una mayor distancia entre ejes y la inclusión de puertas traseras para ofrecer más espacio al Jefe de Estado y a sus invitados durante los desfiles y las ceremonias oficiales.
Denominado 335 (la medida de la distancia entre ejes en centímetros) y equipado con un motor V6 de 2,5 litros que produce unos 120 CV, fue utilizado por primera vez por el presidente Giovanni Gronchi durante la visita a Italia de la reina Isabel II de Inglaterra.
Además del modelo original, el carrocero turinés fabricó otros cuatro coches en los meses siguientes, denominados Belfiore, Belmonte, Belvedere y Belsito, en homenaje a los caballos pura sangre de las cuadras del Quirinale. Los tres primeros tenían un techo de lona rígido y plegable, mientras que el último, el Belsito, contaba con una capota de lona que no se podía abrir y que solo cubría los asientos delanteros.
El Flaminia presidencial se distingue por su carrocería azul noche y un equipamiento que incluye asientos de cuero Connoly negro, un sistema de intercomunicación con el conductor y una configuración trasera de cinco plazas compuesta por un sofá y dos asientos plegables.
Completamente restaurados en 2001, el Belfiore y el Belvedere se utilizan actualmente para las "grandes ocasiones" del Jefe del Estado y de los más altos cargos de la República, mientras que el Belsito y el Belmonte permanecen inmovilizados. El Belsito está expuesto en el Museo Militar de Motores de Roma, mientras que el Belmonte se encuentra en el Museo del Automóvil de Turín desde 2001.
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