Mercedes-Benz CLK (1997-2003): ¿un futuro clásico?

hace 2 años, 2 meses - 4 febrero 2022, motor1
Mercedes-Benz CLK 1997-2003
Mercedes-Benz CLK 1997-2003
En el año 1993, un prototipo ya anticipó sus elegantes líneas.

Muchas veces nos preguntamos si ciertos coches se convertirán en futuros clásicos, y hoy es el turno del Mercedes-Benz CLK de 1997, que cumple precisamente 25 primaveras, ya que fue desvelado en el salón del automóvil de Detroit de enero de aquel año.

El fabricante alemán presentó primero el roadster Mercedes-Benz SLK (R170), en abril de 1996, y menos de un año después mostró este CLK, el segundo producto de su expansión de modelos del catálogo de la época.

Según la marca de Stuttgart, el objetivo de estos nuevos vehículos era atraer a clientes más jóvenes, alejándose de la habitual berlina y apostando por otros segmentos más interesantes para otro tipo de público. Después llegaron el Clase A (el original), el Clase M y el CLK Cabriolet, por ejemplo.

La historia del CLK, no obstante, comienza en marzo del año 1993, cuando la marca presentó en el salón del automóvil de Ginebra un prototipo en forma de coupé de cuatro plazas, que era tremendamente parecido al modelo definitivo, lanzado cuatro años después, con la misma mirada 'de cuatro ojos'.

El propósito de aquel concept era precisamente familiarizar al público con el futuro diseño de la casa, tal y como aseguró Peter Pfeiffer, uno de los diseñadores bajo la batuta del entonces jefe de diseño, Bruno Sacco. Aquel frontal con cuatro faros se mostró de nuevo en 1995, con el Clase E W210. Naturalmente, el CLK adoptó esta cara dos años después.

A nivel técnico, el modelo estaba basado en muchos aspectos en el Clase C, y de hecho compartió motorizaciones con la berlina, aunque también contó con muchas soluciones específicas, fundamentalmente a nivel de diseño.

La oferta de motores estaba compuesta por modelos de cuatro cilindros, como el CLK 200 de 136 CV, y también por bloques de seis cilindros, además de los V8, como el CLK 430, que alcanzaba los 279 CV, y el poderoso CLK 55 AMG, que llegaba hasta los 347 CV.

Además, se ofreció con distintas líneas de acabado, como Sport y Elegance, y de serie ya contaba con control de tracción, volante de cuero, apertura remota del portón trasero, indicador de la temperatura exterior o asientos traseros abatibles asimétricamente.

Hasta el año 2002, en que apareció la segunda generación del modelo (serie 209) se fabricaron un total de 233.367 ejemplares del CLK original en la fábrica de Bremen, en Alemania, siendo el más exitoso de todos el CLK 320 (218 CV), que sumó 68.778 unidades.

Los primeros CLK pueden comprarse actualmente por un precio bajo, ya que adolece de problemas de electrónica y de óxido, aunque es probable que las versiones AMG mantengan el precio e incluso lo aumentan en un futuro. 

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