Alfa Romeo 156 (1997-2007): ¿un futuro clásico?

il y a 1 année, 6 mois - 19 Septembre 2022, motor1
Alfa Romeo 156 1997
Alfa Romeo 156 1997
A pesar de la tracción delantera, conquistó los corazones de los 'alfistas' hace 25 años.

El Alfa Romeo 156 es uno de los modelos más exitosos de la historia de la marca italiana. Entre los años 1997 y 2005 se vendieron nada menos que 680.000 ejemplares de la berlina y, además, en 1998 fue el primer modelo de Alfa Romeo en recibir el premio 'Coche del Año en Europa'. Hoy queremos echar un vistazo a su historia.

Fue a finales de otoño de 1997 cuando Alfa Romeo estrenó su nueva y rompedora berlina de tracción delantera, y lo hizo con una jornada de puertas abiertas en sus concesionarios, que fueron visitados por casi un millón de personas. Y parece que lo que vieron les convenció, porque en pocos meses la marca recibió más de 100.000 pedidos.

El Alfa Romeo 156 se presentó a la prensa internacional en la capital portuguesa, Lisboa. El mensaje era claro: combina un estilo dinámico con un equilibrio perfecto de prestaciones y comportamiento deportivo. El resultado fue uno de los mejores sedanes de tamaño medio y tracción delantera.

Desde 1933, Alfa Romeo era propiedad del holding estatal italiano IRI (Istituto per la Ricostruzione Industriale), que vendió la marca al Grupo Fiat en 1986. Como en casi todos los procesos de integración industrial, los primeros años bajo la nueva propiedad se dedicaron principalmente a racionalizar la producción y las cadenas de suministro.

En los años 80, el tema dominante para los fabricantes de automóviles era "crear sinergias". Los procesos de fabricación y los productos se estandarizaron cada vez más. Muchos componentes fueron compartidos en varios modelos por razones de coste. Los diseñadores estaban obligados a cumplir unos requisitos muy estrictos, como reutilizar componentes para diferentes modelos, como las propias puertas, lo que limitaba la creatividad.

Esta tendencia hacia piezas idénticas para diversos modelos tampoco fue bien recibida por el público. Muchas partes interesadas volvieron a exigir modelos más distinguibles. Como resultado, los fabricantes relajaron sus normas de diseño y, paralelamente, la importancia de la identidad de la marca volvió a aumentar. Este punto de inflexión tuvo una fuerte influencia en el diseño de los coches en la transición del siglo XX al XXI.

En la planta de Arese, sede también del Centro Stile, cambiaron las tecnologías, las personas y el proceso de producción. Se introdujeron nuevos sistemas informáticos de diseño y creación de prototipos, y el equipo de Centro Stile se integró en el proceso de diseño de las plataformas de los vehículos y también participó en las decisiones tecnológicas. La estrategia era: lo que es funcional debe ser también bello, y viceversa. El estilo y la función van de la mano: en Alfa Romeo se habla de "belleza necesaria".

El Centro Stile no solo fue responsable del diseño de un solo modelo, sino de series enteras. En 1995, por ejemplo, Alfa Romeo introdujo el modelo 145 con portón trasero y, un año más tarde, el 146 con portón trasero corto complementó la gama de la marca en el segmento C.

El verdadero punto de inflexión fue el Alfa Romeo 156. La característica parrilla del radiador, el Scudetto, dominaba el diseño del frontal del vehículo. Las inconfundibles aletas delanteras irradiaban potencia y firmeza en la carretera, mientras que la línea del techo y la relación entre las superficies de cristal y metal se asemejaban más a un coupé que a una berlina.

Este efecto se veía acentuado con los tiradores de las puertas traseras, integrados de forma casi invisible en los marcos de las puertas. Un truco que más tarde adoptaron muchas empresas, como Renault con el Clio. Los flancos limpios enfatizaban el perfil delgado y dinámico del Alfa Romeo 156. "Parece moverse, incluso cuando está parado", comentó Walter de Silva, jefe por entonces del Centro Stile Alfa Romeo.

La paleta de colores del Alfa Romeo 156 incluía esquemas de pintura experimentales ya vistos de forma similar en el concept car Carabo (1968) y en el Alfa Romeo Montreal (1970). Los diseñadores del Centro Stile se inspiraron en el museo de la fábrica vecina, que entonces se encontraba en el mismo edificio que hoy. Inspirándose en el color del Alfa Romeo 8C 2900 B de 1938 expuesto, inventaron el Azul Nuvola, una pintura multicapa con efecto mica que hace brillar el coche.

El Alfa Romeo 156 era también un coche excepcional desde el punto de vista técnico. La tarea de los desarrolladores en este caso era conciliar la deportividad y la tracción delantera. Para lograr este objetivo se utilizaron materiales innovadores en la producción, como láminas de magnesio y acero con diferentes grosores, los llamados "tailored blanks".

El eje delantero, de elaborado diseño, presentaba una geometría denominada Ackermann, que proporcionaba una sensación de dirección directa. También se prestó especial atención a la puesta a punto mecánica del chasis, que garantizaba un manejo preciso. La versión de carreras del 156 también celebró numerosos éxitos en competición, ganando 13 títulos internacionales en diez años.

En el lanzamiento del Alfa Romeo 156 se ofrecieron seis variantes de motorización. La estrella fue el motor V6 de gasolina 'Twin Spark' de doble bujía, solución característica de toda una serie de motores legendarios de la marca a lo largo de los años. En el 156 se combinaron por primera vez dos bujías por cilindro con cuatro válvulas.

Los motores de gasolina de cuatro cilindros tenían una cilindrada de entre 1,6 y 2,0 litros, así como una potencia de entre 120 y 166 CV. Por encima de estos estaba el 2.5 V6 con 190 CV (más tarde 192). En 2002, le siguió el 3.2 GTA con el legendario 'Arese V6', que alcanzaba 250 CV y 300 Nm de par motor, y aceleraba de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos.

El 156 fue uno de los primeros coches de producción en serie del mundo en utilizar motores diésel con inyección directa basados en la tecnología Common Rail, ampliamente utilizada en la actualidad. Los turbodiésel de 1,9 y 2,4 litros (de 105 a 175 CV), reconocibles por las siglas JTD, asombraron a expertos y público. Por primera vez, los motores diésel ofrecían unas prestaciones, una reducción del ruido y un confort a la altura de los motores de gasolina.

En el año 2000 se presentó el 156 con carrocería familiar, denominado Sportswagon. En combinación con la tracción total Q4, más tarde llegó un 156 Crosswagon con 6,5 cm más de altura libre al suelo. En el verano de 2003 apareció el 156 rediseñado por Giugiaro, reconocible por su enorme parrilla del radiador, pero a partir de septiembre de 2005, el 156 fue sustituido gradualmente por el 159. 

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