Renault 5 Alpine, el abuelo de la 'bomba' eléctrica Alpine A290

1 year, 2 months ago - 26 September 2023, motor1
Renault 5 Alpine, el abuelo de la 'bomba' eléctrica Alpine A290
Gracias al taller de Dieppe, el apacible Renault 5 contó con su primera variante deportiva, desde 1976, también con turbo.

Combinar la transición eléctrica con la moda por lo 'vintage' es un movimiento que pocos fabricantes han emprendido hasta ahora. Renault es una excepción, ya que ha decidido confiar la próxima fase de su ofensiva eléctrica a modelos que recuperan las glorias de auténticos iconos del pasado, como el R5 y el R4.

Y lo que hace aún más impresionante la operación es el hecho de que, como en el pasado, también está prevista una versión Alpine para el primero (puede que por tratarse del más conocido).

De este modo, Renault no sólo rinde homenaje al progenitor de sus exitosos coches pequeños, sino que también celebra las que fueron sus primeras versiones 'picantes', el R5 Alpine y el Alpine Turbo, y que anticiparon la moda, más extendida a finales de los años 80, de los pequeños deportivos.

Ganas de correr
Desde 1972, año de su lanzamiento, hasta 1976, el papel del Renault 5 se limitó al de un turismo generalista: pequeño pero moderno y de diseño agradable, práctico gracias al portón trasero, brillante gracias a sus motores de 0,8 a 1,3 litros... aunque sin ninguna aspiración deportiva a la vista.

Eso fue, al menos, hasta que la compañía decidió intentar darle algo de carácter y lo confió al cuidado de Alpine, la fábrica de Dieppe especializada en coches de carreras, que finalmente fue adquirida por la propia Renault en 1978 tras años de colaboración.

Alpine, que también 'firmó' comercialmente el proyecto, instaló bajo el capó un nuevo motor de cuatro cilindros, con 1,4 litros de cilindrada, de la familia 'Cleon-Fonte', con culatas semiesféricas y carburador de doble cuerpo, una unidad que más tarde llegaría también a los modelos TS y TX, más silenciosos, en una versión más dócil de 63 CV.

Aquí, en cambio, la potencia era casi un 50% superior, unos impresionantes 93 CV a 6.000 rpm, suficientes para empujar sus 850 kg hasta los 175 km/h y acelerar, de 0 a 100 km/h, en menos de 10 segundos con la ayuda de la caja de cambios manual de cinco velocidades procedente del R16.

El sistema de frenos, que derivaba en cambio del R12, era mixto, discos delanteros y tambores traseros, y las llantas eran de 13 pulgadas, mientras que las barras de torsión, las barras estabilizadoras y los amortiguadores eran específicos para este modelo. En el exterior, se distinguía no sólo por las letras en los laterales, sino también por las llantas y el paragolpes con faros antiniebla integrados.

El Alpine Turbo
El R5 Alpine obtuvo un buen éxito e impulsó al pequeño automóvil francés hacia una escalada que se hizo realidad tres años más tarde, cuando se fabricó a partir de él un coche de carreras Grupo B, con motor trasero sobrealimentado, llamado simplemente R5 Turbo, del que, por supuesto, también existió una variante de carretera producida en dos series separadas.

Ante el entusiasmo suscitado, la empresa decidió elevar el nivel de prestaciones del Renault 5 Alpine y en 1982 lo sustituyó por el Alpine Turbo, equipado con el mismo motor de 1,4 litros, pero ahora sobrealimentado con un turbocompresor Garrett, que producía unos impresionantes 110 CV a 6.000 rpm.

El aumento de las prestaciones llevó al equipo Alpine, que ensamblaba directamente estos modelos en su fábrica de Dieppe, a revisar el chasis, mientras que el sistema de frenado se cambió por discos en la parte trasera y se 'endureció' la puesta a punto.

Así equipado, a pesar de un aumento de peso de 20 kg, el pequeño coche francés alcanzaba los 185 km/h y reducía el tiempo de 0 a 100 km/h a sólo 7,5 segundos.

Herederos indirectos
El R5 Alpine Turbo se mantuvo en producción hasta el final de la producción del Renault 5, es decir, hasta 1985, cuando el modelo fue sustituido por el Supercinco, más moderno en su arquitectura y disposición. También éste contaba con variantes deportivas muy populares en las carreras, pero ya no portaban la firma Alpine.

Para volver a ver un coche que reúna esta sugerencia, habrá que esperar al Alpine A290, basado en el nuevo R5 eléctrico que Renault ha anunciado para 2024. En la actualidad, un Alpine R5 original de la primera serie vale más de 10.000 euros, mientras que un Turbo en buen estado supera los 13.000 euros.

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