Hasta hace unos años, la aproximación del sector del automóvil a la vertiente eléctrica era más bien tímida, con muy pocos modelos fabricados en serie, aunque con un número bastante interesante de concept cars.
Entre esas propuestas, se encontraba un curioso proyecto de Fiat, que se presentó en el salón de Turín de 1974 y que se denominó X1/23. Se trataba de un coche biplaza, extremadamente compacto, con un sistema de propulsión 100% eléctrico, que se adelantó unos 15 años a la fabricación del Panda Elettra, el primer coche de producción de la compañía italiana alimentado por baterías.
La crisis del petróleo de los años 70 dio un nuevo impulso a los fabricantes para que invirtieran en la investigación de coches más pequeños y de diferentes fuentes de energía capaces de sustituir a los motores de combustión tradicionales en un futuro próximo.
En 1972, Gian Paolo Boano diseñó para el Centro Stile Fiat el concepto de un pequeño coche urbano, que sería presentado en el salón de Turín de ese año, bajo el sencillo nombre de City Car.
Con apenas 2,64 metros de largo, por 1,51 de ancho y 1,34 de alto, se trataba de un prototipo más formal que técnico, del que la marca italiana nunca dio detalles sobre el motor, fundamentalmente, porque no tenía ninguno.
Dos años más tarde, le tocó el turno a la variante eléctrica, rebautizada como X1/23, que esta vez completaba la información con una descripción más detallada sobre el sistema de propulsión.
El diseño compacto del Fiat X1/23 se vio resaltado por la presencia de vistosos paragolpes y protecciones laterales de goma, que retomaban los estudios realizados unos años antes sobre los conceptos de la serie Fiat ESV (Vehículo Experimental de Seguridad), desarrollados en torno a nuevos principios de seguridad pasiva.
En cuanto al sistema de propulsión, en la parte delantera del coche se alojaba el motor eléctrico de corriente continua de unos 13,5 CV, mientras que en la parte trasera, para un mejor equilibrio del peso, se encontraba una batería de níquel-zinc de 70-90 Wh/kg, capaz de ofrecer una autonomía máxima de 70 kilómetros.
Siguiendo con la novedad, a diferencia de la versión no eléctrica del 72, el Fiat X1/23 eléctrico fue también uno de los primeros coches urbanos en contar con un sistema de aire acondicionado a bordo. Esto se debía a que las grandes ventanas delanteras eran fijas y solamente los deflectores traseros tenían, entre otras cosas, un mecanismo de apertura muy limitado.
El nacimiento del X1/23 representó una base útil para la aplicación de la propulsión eléctrica en varios modelos de producción posteriores, aunque limitados, como el mencionado Panda Elettra de 1990, seguido en los años sucesivos por el Cinquecento Elettra y el Seicento Elettra, hasta el actual Fiat 500e.
A estos coches se suman otros prototipos utilizados para el desarrollo de tecnologías de vanguardia, como el Fiat Downtown de 1993, equipado con dos motores eléctricos en las ruedas o los Fiat Vanzic y Zicstr, siempre eléctricos, pero con extensor de autonomía.
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