La burbuja financiera de los años 80 en Japón fue una época en la que los fabricantes de automóviles no escatimaron en gastos y pusieron en su punto de mira a los grandes productores de occidente. El Honda NSX, el GT-R R32 o la marca Lexus, son fruto de aquellos tiempos.
Desafortunadamente, la economía de Japón se desplomó a principios de los años 90, a lo que se sumó la crisis financiera asiática, unos años más tarde. Esto provocó que muchos fabricantes nipones tuvieran que cancelar sus proyectos para recortar costes. Y Mazda fue uno de ellos.
Puede que la aventura más conocida de la firma de Hiroshima en esta época fuera Amati, un intento de marca premium por parte de Mazda, enfocada al mercado de lujo, pero hay otra división que la firma tuvo que cancelar y que, a diferencia de Amati, sí llegó a ver la luz del día.
La división en cuestión, denominada M2 Incorporated, es una parte de la historia de Mazda que pocos conocen fuera de Japón, ya que fue realmente efímera. Se trataba de una rama del negocio dedicada a la preparación de modelos ya existentes y también al desarrollo de prototipos.
Este departamento de preparaciones dentro de la propia Mazda nació en el año 1991, y uno de sus primeros coches, por supuesto, se basó en el Mazda MX-5 o Miata. El resultado se llamó M2 1001, apodado Cafe Racer, y se inspiró en los clásicos roadster de competición de los años 60.
Aquel coche gozaba de una suspensión más baja y dura, cambios a nivel estético, un escape de la firma HKS, un diferencial autoblocante trasero y algo más de potencia bajo el capó. Llegaron a fabricarse 300 unidades de este M2 1002 Cafe Racer.
El siguiente coche fue el M2 1002, también conocido como Vintage, y que asimismo estaba basado en el MX-5, aunque su estética fue menos agresiva que la del Cafe Racer, ya que se centró más en el lujo, mediante el uso de cuero y madera en el habitáculo. Llegó a existir incluso una versión de rally del Mazda 323, el M2 1005, pensado para el Grupo A.
Durante los cuatro años de vida de M2 Incorporated, aparecieron también preparaciones como un prototipo todoterreno del genial AZ-1 o el salvaje M2 1006, un MX-5 apodado CobraSter, que escondía un motor 2,5 litros V6, aunque el proyecto fue cancelado antes de hacerse realidad, dada su complejidad técnica.
La compañía echó el cierre en 1995, ya que su desaparición fue una de las maneras que encontró Mazda para reducir sus pérdidas. Tras el desmantelamiento de M2 Incorporated, la compañía de Hiroshima hizo lo propio con Eunos en 1996, con ɛ̃fini en 1997 y con Autozam en 1998.
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