Elegante desde cualquier ángulo, la carrocería de estos modelos Riley es sin duda una belleza. Todo el interior, salpicadero, etc. El encanto de los coches británicos de los años 40 es claramente evidente incluso en los modelos más populares. La tapicería, que sigue siendo original, tiene una bonita pátina muy apreciada por los conocedores. El estado general es bueno y el viaje es muy agradable.