1958' BMW Isetta

El BMW Isetta es un coche de interés histórico muy codiciado. También podría llamarse Micro Vehículo de Movilidad. Precursor del Smart moderno, el microcoche Munich había combinado un concepto inteligente con la elegancia de la simplicidad. Para la época, el Isetta era un auténtico coche futurista. De no haber sido por el Isetta, quizás hoy en día la marca BMW ya no existiría... En la década de 1950, BMW estaba en crisis y se necesitaba un nuevo modelo que no requiriera altos costos de desarrollo y diseño. En el Salón del Automóvil de Turín de 1954, BMW encontró la solución: en el stand de Iso Rivolta, un fabricante italiano de frigoríficos y minicoches, había un coche de 3 ruedas con una enorme puerta delantera, el Iso Isetta. La delegación de BMW adquirió los derechos de licencia y las instalaciones de producción en el acto. El “Motocoupé” nació de un proyecto del fabricante italiano Iso Rivolta y forma parte de los llamados coches burbuja. Las características del Isetta son el portón delantero y el motor monocilíndrico de cuatro tiempos que pulsa en la cola. Para darle un nombre al auto burbuja, BMW decidió inspirarse en sus raíces. Isetta es una forma diminuta italiana que proviene de Iso. Sin embargo, en cuanto al número de ruedas, BMW ha decidido desviarse del antepasado italiano: el original solo tenía tres, mientras que la versión alemana del Isetta salió de fábrica con cuatro ruedas. En 1956, la casa bávara lanzó el BMW Isetta 300 que tenía un mayor par motor, una cilindrada de 300 cc y una potencia de 13 CV. En ambas versiones, el pequeño coche burbuja podía alcanzar una velocidad máxima de 85 km/h. En distancias cortas y en la ciudad, la heroína de uso cotidiano no tenía rival. Con una longitud de solo 2,28 metros y un peso mosca de 350 kilogramos, era versátil y fácil de manejar como ningún otro. Podría acomodar a dos pasajeros adultos sentados uno al lado del otro como un auto "real", una prerrogativa que ningún otro microcoche podría ofrecer. La trampilla que se abría hacia delante, como en un frigorífico, permitía entrar cómodamente. El volante y la columna de dirección se movieron hacia el lado del portón trasero. El público entendió: el Isetta no era una limusina en versión liliputiense, sino un nuevo concept car, un coche que había llegado al mercado en el momento adecuado: era el microcoche de los años 50.

El coche que proponemos, de 1958, formaba parte de un Museo de Microcoches. Completamente restaurado, fue registrado y aprobado por ASI Targa Oro. Se realizó una revisión general en julio de 2020 en un taller especializado. Se rehicieron los frenos con reemplazo de las mordazas, cilindros, caños, rodamientos, bobina/tacos vela y tratamiento de tanquerita al tanque. Está equipado con un interruptor de batería y se suministra con una cubierta de vehículo personalizada. Una campaña publicitaria alemana de BMW dedicada a ella decía: "Siempre serás feliz en el BMW Isetta, en todo tipo de clima". ¡Hoy este Microcar está listo para nuevas aventuras!